Mi primer amor fueron los libros. A ellos consagré mi infancia y mi juventud. Pronto pasé de leer cuentos, teatro y novelas a escribir mis propios relatos, creando mundos de ficción que me sirvieron de refugio. Después, descubrí la Filosofía y ella ocupó el centro de mi vida. Desde entonces he mantenido una relación larga y duradera. Me licencié en Filosofía, realicé un Máster y me doctoré. En mi tesis conjugo la Estética y la Teoría del Conocimiento con otra de mis pasiones: la Historia del Arte. Mientras me embarcaba en el difícil camino de la tesis doctoral me gradué en esta última disciplina. Desde entonces navego entre tres aguas que se cruzan y mezclan en cada una de mis investigaciones: la Filosofía, la Historia del Arte y la Historia con perspectiva de género, que me ha acompañado en los últimos tiempos en todas mis aventuras intelectuales.